sábado, 28 de noviembre de 2009

La Difederncia


La Diferencia
Radiografía de un sexenio

Este libro ha generado un intenso debate en México, sus autores aspiran a relatar y analizar las decisiones y coyunturas más críticas del sexenio de Fox, a partir de los factores que tomaron en cuenta los que decidieron. Una verdadera historia en presente del pasado inmediato y una nueva forma de abordar la historia presidencial.

Cabe mencionar que este libro no es una biografía de Vicente Fox; no es tampoco una larga entrevista con el ex presidente, ni siquiera es un texto basado exclusiva y primordialmente en eso. No representa una defensa o un ataque de la administración pasada; otros pueden, o no, encargarse de ello. Tampoco pretende ser una historia exhaustiva del sexenio, ni un balance o discusión de sus pros y contras.
La Diferencia propone exponer de una manera detallada la historia la de la ruptura, consumada o fallida de un sexenio. Ubicándolo así en un sitio histórico preciso, y único: el inicio del ciclo de alternancia, el principio de la contienda y transferencia del poder en las urnas.
Presentando de una manera reseñada lo que sucedió durante el sexenio de Vicente Fox Quesada, que comprendió el período 2000-2006. Dicha etapa fue conocida como el período de alternancia debido al cambio de gobierno. Después de haber permanecido más de 50 años bajo el mandato de un mismo partido autoritario, llegaba la hora de la democracia, bajo el supuesto de cambio de partido.

La formación del Gabinete
Los principios de Fox para crear el gabinete, fue permitir la participación de la mayoría de los ciudadanos mexicanos. Formándose entonces la organización Base Omega, a la cual podía participar cualquier persona que se sintiera capaz de pertenecer al Gabinete. Después, mediante una entrevista personal con el presidente, era seleccionado o descartado de acuerdo a las cualidades que proyectara.

Cebe mencionar que la intervención de los llamados Headhunters, los cuales fueron empleados por el gobierno para hacer una mejor selección del gabinete, entrevistaron a la mayoría de los aspirantes. Esto fue altamente criticado por los altos rangos del gobierno, debido a que al final, no se siguieron ninguna de las recomendaciones dadas por dicha organización. El motivo de esto puede ser, que a pesar de que la labor fundamental de los headhunters es encontrar a la gente mejor capaz para elaborar dicha tarea o participar en determinada actividad, esto solo puede funcionar en el ámbito económico, puesto que en la política resulta imposible, ya que un análisis de este tipo no considera quién esta quien, lo cual resulta importante a la hora de elegir con quien trabajar en el gobierno.
Uno de los elementos que más consecuencias negativas tuvo fue el estilo de Fox, de dejar hacer y dejar pasar (lo que se conoció como el gabinete Montessori), que complicó terriblemente la operación del gobierno federal.

Fox no se metía, no llamaba al orden, no explicitaba sus molestias o incomodidades- comentan los autores- , según Fox, siempre tuvo claro que no iba a incorporar a familiares o amigos personales en el gabinete.

Luego siguió la etapa de las denuncias públicas en los medios y la ruptura con el presidente, a partir de esa experiencia y muy al inicio de su mandato envió una carta a todas las secretarías y dependencias del gobierno federal en la que les planteaba que “quedaba estrictamente prohibido atender a cualquier miembro de la familia Fox, de la familia Quesada y también a sus amigos cercanos, subrayando que nunca hicieran caso de alguien que les dijera que venía de parte del presidente.

La participación de los partidos a la hora de conformar el equipo de trabajo de Vicente Fox se volvió un tema de importancia. A pesar de que la mayoría de los panistas optaban por descartar de manera completa al PRI, Fox se rehusó, alegando que era primordial mantener una buena relación con la mayoría de los partidos.

En cuanto a las cuestiones de seguridad, fue muy complicado elegir quien estaría a cargo de las secretarias, ya que es uno de los cargos más importantes para la regulación correcta de las actividades en el país.

Fox a largo de la formación del gabinete dio mucho de qué hablar, pero algo que lo marco mucho, fue el llamado “gabinetazo”, debido a que mucho tiempo se critico que existieran tantos empresarios y profesionales que se habían hecho de dinero mediante la iniciativa privada y que se les otorgara tanta libertad a los secretarios, al grado de que cada uno hacía lo que quería.

Arrancar con Chiapas
Con el objetivo de deslindar el nombre del presidente anterior, Fox usa al conflictivo estado de Chiapas, que dio inicio durante el sexenio de Zedillo. Fox considero oportuno acabar con el conflicto social. Por lo tanto busco por todos los lados, obtener una cita para dialogar con el comandante Marcos, pero jamás lo logro ya que Marcos nunca cede a sus demandas, al contrario, durante todo el sexenio nunca tuvo un encuentro cara a cara con el presidente.

Pese a todo, Fox no se da por vencido, y da muestras de todo su apoyo a los chiapanecos. Comienza por sacar al ejército de las sierras, después libera algunos presos políticos y más tarde intenta modificar la ley para otorgar cierta autonomía a los indígenas. Sin embargo, esto último no puede llevarse a cabo, puesto que la propuesta nunca pasó del senado.

A pesar de todos sus intentos, los senadores se empeñaban en hacerle ver que si se le otorgaba la deseada autonomía a los indígenas, todo podría resultar trágico y podrían pensar tal vez en formar otro país, y considerando que las zonas donde más indígenas habitan son aquellas zonas de donde más recursos de energía se obtienen, una situación como estas era imposible de dar pie.
La meta de Fox era quedar bien con Chiapas, a pesar de que la ley de autonomía no fue aprobada, el siguió apoyando a los cafeteros, otorgando cheques mensuales de acuerdo a lo que vendían de café. Permitiendo que el conflicto no se desatara nuevamente y con más fuerza, debido a que logro callarlo a tiempo y de esta manera, a pesar de que el comandante Marcos nunca aceptó abiertamente que accedía, ya no se volvió a suscitar mayor problema y los chiapanecos quedaron pacificados.

Un fracaso y dos caminos: Reforma Fiscal
Otro punto importante para Fox fue la reforma fiscal, el cual aumenta los impuestos, generando así mayores ganancias. Se basa más que nada en la política que llevan algunos países europeos, los cuales, recaudan una gran cantidad de dinero a partir de las aportaciones de los ciudadanos y de esta manera mantiene un buen nivel de vida.

El IVA es considerado el impuesto más difícil de evadir, más fácil de recaudar y más justo. Justo porque compras en la medida en que tienes. A partir de estas ideas, decide lanzar su reforma fiscal, que en más de una vez terminó en fracaso total.

En dos ocasiones y con dos legislaturas, se hizo el intento de una reforma que puso por delante el impuesto al valor agregado (IVA) de forma generalizada, es decir, aplicable a alimentos y medicinas, y en las dos ocasiones se fracasó. En la segunda, la situación fue más complicada porque la alianza abierta de Fox con Elba Esther Gordillo provocó una ruptura en el PRI. Según los autores, en el segundo intento Fox sí hizo la tarea de operación política, pero al parecer no le alcanzó el esfuerzo.

Cuba, que linda es Cuba
Por otro lado, las relaciones exteriores también dieron mucho de qué hablar. Fox quería dar a conocer al mundo que su gobierno respetaba como tal los derechos humanos y por lo tanto decide iniciar con Cuba.

Con Cuba buscó el relajamiento del autoritarismo revolucionario a cambio de promover mayor comercio, turismo e inversión de México a la isla. También falló en su intento y sobrevino una especie de rompimiento de facto con el gobierno revolucionario.

Quedará para la memoria el conflicto entre Fox y Fidel Castro, el famoso “comes y te vas”, cuyas palabras, en boca del presidente mexicano, fueron éstas: “Me acompañas a la comida y de ahí te regresas”. Este penoso episodio da cuenta de la ingenuidad con la que muchas veces actuaba Fox.

En el fondo de esta discusión estuvo la insistencia de México en votar en Ginebra contra Cuba por la violación de derechos humanos. Esta política exterior de México tendría que haber sido validada con un cambio radical interno en la materia, cosa que no sucedió; simplemente, con los episodios de Atenco y Oaxaca, muchos países hubieran podido votar contra México también por su falta de respeto a los derechos humanos.

Pero al final, la presión social fue más fuerte, los machetazos de Atenco, los conflictos desatados, dieron al final al traste con todo el proyecto, y Fox decidió decir, mejor no gracias, ya me fijé bien.
Hussein, Bush y Fox
A partir de 2003, y sobre todo después del auge de popularidad de López Obrador, todo se vería sometido a consideraciones electorales. Fox decidió que el peor juicio que la historia podría emitir a su respecto sobrevendría en caso de devolverle el poder al PRI o, peor aún, dárselo a López Obrador. De un modo u otro logró su propósito: reconducir al pan a Los Pinos. No con su candidato preferido; no por el margen idóneo; no sin excederse en presiones, expresiones y transgresiones, pero al final del día, con éxito.

Transgredir, eso fue lo que hizo Fox para conservar a su partido en el poder. Lo dicen los autores, y lo piensan muchos ciudadanos, y así lo estableció el propio Tribunal Electoral, a pesar de su barroca redacción. Habrá que ver si el juicio histórico es tan benevolente como el de los autores sobre el “éxito” de Fox.

Desafuero y desazón: sacar(le) al Peje
La estrategia foxista era, supuestamente, no inhabilitar al Peje y que pudiera contender en el 2006, pero sí debilitarlo y presentarlo como alguien que había violado la ley. En suma, un manoseo político de principio a fin.

Por un lado los autores expresan gran cantidad de afirmaciones como la de que López Obrador quedó marcado después del desafuero como un político “conflictivo, violento e intransigente”. Si así hubiera sido, resulta difícil entender cómo logró obtener casi 15 millones de votos en 2006. Salinas –junto con otros aliados como Fernández de Cevallos –también se metió en el intento de desafuero de Andrés Manuel López Obrador. El libro se ocupa ampliamente del asunto y puntualiza los enredos en que se metió Fox, la forma en que se esforzó por liquidar políticamente a su adversario y cómo al final tuvo que echarse para atrás.
Cabe resaltar como nota importante que, cuando Fox buscó la cuadratura del círculo y quiso el desafuero, el proceso y la condena, y al mismo tiempo evitar la prisión y la inhabilitación, se derrumbó todo.

Por otro lado es reconocible que López Obrador movió muy bien sus fichas. Permitiendo que se arribara al desafuero. Su defensa, según los colaboradores más cercanos a Fox, fue preparada por el Instituto de Investigaciones Jurídicas de la UNAM y su director, Diego Valadés, con la anuencia del rector Juan Ramón de la Fuente, y con el apoyo también del ministro de la Corte Genaro Góngora Pimentel”.

En el relato destaca el papel que desempeñó el empresario Carlos Ahumada tras la divulgación de los videos que involucraban a colaboradores de Andrés Manuel en presuntos actos de corrupción. Llama la atención la versión de que, después del escándalo, Ahumada huyó a Cuba “por consejo de Rosario Robles y su amigo de años, Lázaro Cárdenas Batel”.

¿Gané, ganó o ganamos?
Desde los primeros meses de su gobierno, Fox contemplo un amplio abanico de candidatos de su partido para la elección del 2006. Era necesario abrir una baraja extensa: en el camino, unos no pasarían la prueba. Al final, a la elección interna del PAN solo llegarían tres o cuatro. A partir de esta premisa, diseño una estrategia que comprendía dos partes: acreditar con acciones y resultados a la gestión del gobierno, y darle visibilidad a los posibles candidatos.

En la parte de la elección del 2006 se discute un tema importante: ¿cuál debe ser la actuación de un presidente en tiempos electorales cuando supuestamente no quiere repetir el esquema político de los presidentes del PRI? Para ello los autores hacen una diferencia entre “dar dinero y dar discursos”, como si se pudieran separar, como si los mensajes de un presidente no tuvieran centralidad mediática, o como si los spots de la presidencia no representaran un costo económico millonario. Pero hasta el mismo Tribunal Electoral estableció que Fox puso en riesgo la elección, a pesar de que no se atrevió a invalidarla. Los autores conjeturan que esto no es comprobable porque se inscribe en el mundo de la especulación. ¿Hubiera ganado Calderón sin el apoyo de Fox?, se preguntan. Y responden: “es posible que sin Fox no hubiera ganado”. Y más adelante se formulan otra pregunta que muestra el talante poco democrático de la estrategia con la que muchos antilopezobradoristas están de acuerdo: “¿Qué preferimos: la polarización provocada por Fox o la victoria del Peje? Todo indica, en efecto, que era lo uno o lo otro”.

Una tercera vía no era transitable para los panistas que se dicen demócratas, o los pragmáticos del poder: respetar la legalidad y no manipular el tablero de la campaña con los instrumentos del poder presidencial, era una vía que hoy, paradójicamente, suena utópica.

La baraja foxista incluía ocho cartas: Francisco Barrio, Felipe Calderón, Fernando Canales, Alberto Cárdenas, Santiago Creel, Luis Ernesto Derbez, Diego Fernández de Cevallos y Carlos Medina. Al final, como es sabido, a la elección interna del PAN sólo llegaron tres o cuatro; los demás fueron ignorados hasta por sus supuestos simpatizantes, como es el caso notable de Barrio. Según los autores, a la contienda interna Creel llegó con ventaja respecto a los otros candidatos; lo que le restó votos fue su campaña de televisión dirigida a los ciudadanos en general y no a los militantes y adherentes panistas, que eran los que iban a votar; que se percibiera que había hecho un arreglo con Televisa para estar en los spots a cambio de otorgarles permisos para apuestas; que se le viera como un candidato de nuevo ingreso al partido.
Calderón, en opinión de Fox, arriesgó y por eso ganó. A la distancia, reconoce que la estrategia fue la acertada, y mejor que la de Creel. En el proceso interno, la mayoría de los integrantes del gabinete favorecían a Calderón. A pesar de las simpatías que en su momento Fox pudiera haber manifestado por Creel, éste nunca contó con el apoyo de los miembros del gabinete. Durante el proceso de la elección interna, Fox concluyó que el ganador iba a ser Calderón, versión que según Aguilar y Castañeda carece de verosimilitud. Fox le autorizó a Creel seguir en Gobernación y hacer campaña apenas disimulada. Además Fox consiguió un trato favorable de Televisa a Creel de dos maneras.

La primera, como relata Marta, fue su intervención en el 2002 ante Creel para que se resolviera el llamado decretazo y se lo debiera la televisora a Creel y a ella. Y otra al tolerar Fox la expedición de permisos de casinos a Televisa por parte de Creel, asunto tan importante para el consorcio que cuando Calderón comenzó a criticar a Creel por haber expedido los permisos, Bernardo Gómez se comunicó furioso con uno de los principales dirigentes de la campaña para decirle: si sigue Calderón criticando lo de los casinos, los sacamos del aire como a Castañeda, pensar que todo esto podía suceder sin Fox es difícil de imaginar.

Por lo tanto los autores acusan a Fox de falsa ingenuidad cuando dice que no desvió recursos a la campaña de Calderón y le recuerdan el clásico dicho mexicano: No les pido que me den, sólo que me pongan donde hay. Fox en cierto sentido puso a Calderón donde había: donde había dinero, consejos, contactos, etc. Calderón no requería los servicios de Marta para entenderse con Televisa, pero sí de sus prebendas a la empresa.

Bajo protesta: Vicente y Marta
En este capítulo los autores hacen mención de ciertos chismes que giraron en torno a Marta y Vicente y lo que se sabe de ellos., haciendo mención de los escándalos más significativos de corrupción, excentricidades, excesos y abusos.
Existen cuatro ámbitos de de denuncia y búsqueda de corrupción, y de otros posibles delitos de los Fox, diferentes, pero semejantes a la vez.
En el primero cabe mencionar el enriquecimiento inexplicable, el cual se sigue investigando. En segundo lugar aparece el tráfico de influencias de la familia en su conjunto, especialmente el hijo de mayor de Marta, Manuel. El tercero apunta hacia las finanzas de VAMOS MEXICO: si se presiono a alguien para obtener donativos; si se utilizaron los fondos para los propósitos distintos a los originalmente esgrimidos; si se acumulo un fondo patrimonial indebido. Y por último la sustracción de documentos del estado por parte de Fox.
Los autores mencionan que si todos estos chismes, o si en realidad hubo actos inhibidos, que se paguen y se castiguen, pero de lo contrario, que se rectaren y pidan perdón quienes los inventaron.

Se habla de dos temas que pueden ser percibidos como ingenuos, el caso: “decretazo” y “la pareja presidencial” con algunos dueños de medios.

Sobre el tema Marta en el juego político, la visión de n acceso inconveniente, injusto, casi de ladito y por circunstancias ajenas a la política de palacio, aunada a su interés y su confeso gusto por la relación de las redes de relación, suena cierta y trágica. Cierta porque probablemente fue así, y trágica porque provoco una enorme reacción contra Fox y Marta.

Gracias a la injerencia de Marta se logro una audiencia, asistencia y ayuda presidencial, entre empresarios, jerarcas de la iglesia, secretarios de estado y gobernadores, conductores y comentaristas, ya que sin Marta resultaba más difícil, ayudando así al gobierno de Fox.

Es significativo decir que si Marta no se hubiera metido tanto en el juego político, como las esposas de los presidentes anteriores, nadie se hubiera molestado con ella, nadie se abría opuesto a su candidatura, nadie la hubiera combatido, si no hubiera alcanzado la importancia que logro tener. Sin embargo lo único que logro fue que la vieran como el fiel “espejo de mujer mexicana”.

Castañeda y Aguilar jamás revelan cómo fue que el presidente decidió compartir el poder con su esposa, hundiendo con ello a su gobierno en una vorágine que continúa dañando la imagen de esa administración. El “beso que dio la vuelta al mundo”, la boda, los hijos de Marta, el Jeep rojo, la Hummer, Vamos México y las ridículas aspiraciones presidenciales de quien fue presidenta de facto son para estos autores cuestiones que carecen de pertinencia.


Conclusión
En 2005, México experimenta un nuevo cambio en el sistema político, puesto que de ser un sistema autoritario, paso a ser un sistema democrático; consiguiendo así el inicio de la alternancia, el principio de la contienda y transferencia del poder en las urnas. Todo esto con la aparición del partido de oposición, PAN, cuyo representante era, Vicente Fox Quezada.
Durante el sexenio de Fox se presentaron actos políticos como negativos; algún aspecto positivo, por ejemplo, fue lo que realizo para fortalecer y ayudar a los chiapanecos; mientras que en lo negativo, fue sumamente atacado y criticado –de una manera más a fondo-por la forma en que trabajo y por otro lado la participación en el juego político que tenía su esposa Martha Sahagún y también los actos de corrupción que se les atribuye a la familia Foxista.
Lo que se encuentra escrito en este impreso es solo la historia del sexenio de Fox, tras una entrevista hecha a él. Siempre y cuando respetando el acuerdo citado entre ambos.
Sin lugar a dudas Fox y su familia dieron y siguen dando de qué hablar, pues durante su gobierno solo salían a la luz “chismes” o “verdades” sobre corrupciones, actos inhibidos y enriquecimiento rápido. Que con el paso del tiempo todo saldrá a la luz de una manera tan clara pero subjetiva.


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