![](https://blogger.googleusercontent.com/img/b/R29vZ2xl/AVvXsEh6rWU7UcW4ILlBpPeIxnqW_tR6JulQXsc7sa3s_329YbojPcwrC-fjdt1bjgpSpLrG67VSLZ7-bAq3EUO-oZhUsFgfhN59qXAj8tqi5gECVv7e0C4GPqeNUW-T4Dz1DGgY3B1f_4X8r74A/s320/ofrenda21.jpg)
Como todo buen mexicano cada 2 de noviembre, se prepara física y espiritualmente para celebrar el día de Muertos, honrando así a sus difuntos. Esta celebración comienza el 1 de noviembre, y coincide con las celebraciones católicas de Día de los Fieles Difuntos y Todos los Santos.
Como es costumbre de todo mexicano, en este día suelen brindar un poco de su tiempo para ir al panteón a visitar a sus difuntos, a los seres queridos que un día estuvieron junto a ellos y que por asares del destino ó como se diría científica mente –porque así es el ciclo de la vida nacer reproducir y morir- ya no se encuentran físicamente con ellos, si no solo viven en la mente, en sus recuerdos, y en ese amor que sentían por el ser amado.
Una de las principales razones por la que la gente visita los panteones es porque aquí, encuentran esa gran conexión con aquella persona que algún día perdieron, esa sensación de volver a sentir su presencia espiritual, su esencia única que la hace ser inolvidable.
Es sorprendente pasar por los panteones de la ciudad y ver la cantidad de gente que entra y sale de ellos, desde niños hasta ancianos, todos viviendo el gozo de estar un momento con su ser querido. Por otro lado hay una cantidad variable de puestos tanto de comida, de cañas, de tierra, de flores variables –predomina mas la de cempaxóchitl-, coronas, imágenes religiosas, etc.
Generalmente las familias normalmente limpian las tumbas para lograr que queden sumamente bonitas y así conseguir que el ser querido se sienta más a gusto, ya que mucha de las veces estas tumbas son descuidadas en lo que resta del año.
También decoran las tumbas con coloridas coronas de flores de rosas, girasoles, entre otras, pero principalmente de Cempaxóchitl, las cuales se cree atraen y guían las almas de los muertos. Y cabe mencionar que el aroma que desprenden estas flores únicas es muy agradable, y por lo tanto te hace estar más conectado en la visita.
Se puede percibir rasgos variados en las personas, algunas personas tienen lágrimas en su rostro, mientras que en otras, solo hay recuerdos alegres y una sonrisa. Se escuchan los rezos de la familia o simplemente las platicas alrededor el difunto. Recordándolo como fue anteriormente.
Otro de los símbolos que se pueden encontrar sobre las lapidas son las calaveras de dulce las cuales tienen escritos el nombre del difunto. Otro es el pan de muerto que no puede faltar, es un panecillo dulce que se hornea en diferentes figuras, desde simples formas redondas hasta cráneos, adornado con figuras del mismo pan en forma de hueso y se espolvorea con azúcar.
Se cree que las almas de los niños regresan de visita el día primero de noviembre, y las almas de los adultos regresan el día dos. En el caso de que no se pueda visitar la tumba, ya sea porque ya no existe la tumba del difunto, o porque la familia está muy lejos para ir a visitarla, también se elaboran detallados altares en las casas, donde se ponen las ofrendas, que pueden ser platillos de comida, el pan de muerto, vasos de agua, mezcal, tequila, pulque o atole, cigarros e incluso juguetes para las almas de los niños. Todo esto se coloca junto a retratos de los difuntos rodeados de veladoras.
Pero no hay que esperar a que llegue los primeros días del mes de noviembre para visitar a nuestros queridos difuntos, si no tener presente que cualquier día del año podemos dedicar nuestro tiempo para visitarlos. Recordando también que es más satisfactorio -a mi punto de vista-, visitarlos en vida y así, pasar mejores momentos inolvidables de alegría, gozo, satisfacción, felicidad, tristezas entre otros.
Como es costumbre de todo mexicano, en este día suelen brindar un poco de su tiempo para ir al panteón a visitar a sus difuntos, a los seres queridos que un día estuvieron junto a ellos y que por asares del destino ó como se diría científica mente –porque así es el ciclo de la vida nacer reproducir y morir- ya no se encuentran físicamente con ellos, si no solo viven en la mente, en sus recuerdos, y en ese amor que sentían por el ser amado.
Una de las principales razones por la que la gente visita los panteones es porque aquí, encuentran esa gran conexión con aquella persona que algún día perdieron, esa sensación de volver a sentir su presencia espiritual, su esencia única que la hace ser inolvidable.
Es sorprendente pasar por los panteones de la ciudad y ver la cantidad de gente que entra y sale de ellos, desde niños hasta ancianos, todos viviendo el gozo de estar un momento con su ser querido. Por otro lado hay una cantidad variable de puestos tanto de comida, de cañas, de tierra, de flores variables –predomina mas la de cempaxóchitl-, coronas, imágenes religiosas, etc.
Generalmente las familias normalmente limpian las tumbas para lograr que queden sumamente bonitas y así conseguir que el ser querido se sienta más a gusto, ya que mucha de las veces estas tumbas son descuidadas en lo que resta del año.
También decoran las tumbas con coloridas coronas de flores de rosas, girasoles, entre otras, pero principalmente de Cempaxóchitl, las cuales se cree atraen y guían las almas de los muertos. Y cabe mencionar que el aroma que desprenden estas flores únicas es muy agradable, y por lo tanto te hace estar más conectado en la visita.
Se puede percibir rasgos variados en las personas, algunas personas tienen lágrimas en su rostro, mientras que en otras, solo hay recuerdos alegres y una sonrisa. Se escuchan los rezos de la familia o simplemente las platicas alrededor el difunto. Recordándolo como fue anteriormente.
Otro de los símbolos que se pueden encontrar sobre las lapidas son las calaveras de dulce las cuales tienen escritos el nombre del difunto. Otro es el pan de muerto que no puede faltar, es un panecillo dulce que se hornea en diferentes figuras, desde simples formas redondas hasta cráneos, adornado con figuras del mismo pan en forma de hueso y se espolvorea con azúcar.
Se cree que las almas de los niños regresan de visita el día primero de noviembre, y las almas de los adultos regresan el día dos. En el caso de que no se pueda visitar la tumba, ya sea porque ya no existe la tumba del difunto, o porque la familia está muy lejos para ir a visitarla, también se elaboran detallados altares en las casas, donde se ponen las ofrendas, que pueden ser platillos de comida, el pan de muerto, vasos de agua, mezcal, tequila, pulque o atole, cigarros e incluso juguetes para las almas de los niños. Todo esto se coloca junto a retratos de los difuntos rodeados de veladoras.
Pero no hay que esperar a que llegue los primeros días del mes de noviembre para visitar a nuestros queridos difuntos, si no tener presente que cualquier día del año podemos dedicar nuestro tiempo para visitarlos. Recordando también que es más satisfactorio -a mi punto de vista-, visitarlos en vida y así, pasar mejores momentos inolvidables de alegría, gozo, satisfacción, felicidad, tristezas entre otros.
No hay comentarios:
Publicar un comentario